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viernes, 4 de mayo de 2012

MI EXPERIENCIA COMO DOCENTE

REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
 MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACION UNIVERSITARIA  DOCTORADO EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN.UNERG
 I COHORTE. VALLE DE LA PASCUA. EDO GUARICO




                       U.C: EJES DE SOCIALIZACÍON DE LA INVESTIGACIÓN

                            

Facilitadora:Dra. Feryenny Padrino                                 Participante: JESUS MEDINA

                             MI EXPERIENCIA DOCENTE (ANÁLISIS CRÍTICO)
                       

 Mi experiencia como docente ha sido uno de los paseos mas hermosos y refrescantes que me ha tocado vivir en mi vida profesional, no solo por la naturaleza eminentemente humana que implica su realización sino por la responsabilidad que conlleva. Mi formación de pregrado fue eminentemente técnica, ya que me gradué de Ingeniero Agrónomo en una Universidad tradicional como lo es “La Universidad del Zulia” (LUZ), en la ciudad de Maracaibo. A pesar de que uno de los perfiles de salida de mi carrera era la docencia, jamás pensé que sería en este campo, en el que me desenvolvería el resto de mi vida.
El aspecto técnico de mi formación de pregrado, comenzó a reflejarse una vez que comencé en la docencia en el Instituto Universitario de Tecnología Los Llanos, en el cual dictaba unas asignaturas eminentemente técnicas, tales como biología, Mecanización Agrícola, etc. Veía con cierto desdén aquellas disciplinas y, en general, todo aquel conocimientos que no fuera mensurable, cuantificable. ¡Había caído en la trampa de los postulados del círculo de Viena¡
 Pero a pesar de mis desvaríos en la interpretación del conocimiento, y aún sosteniendo, sin saberlo, la visión cartesiana del mundo, intuía que debía existir “algo” que lograra interpretar con mayor precisión el mundo de las cosas que nos rodeaba y , además , lograra transmitirlo a los estudiantes de una manera diferente y mas amigable para todos.
En mis tertulias con algunos colegas y amigos, planteaba cada vez más cosas, que se escapaban de aquella visión en la cual me habían formado, y que, desafortunadamente, en mis primeros años como docente, también había “enseñado” a mis estudiantes.
 Recuerdo hoy, no sin ruborizarme, las clases de Metodología de la Investigación, que me tocó dictar años mas tarde en la UNESR, en la cual hacía referencia a autores, catalogados para entonces como gente sensata, quienes planteaban el tema de la objetividad como un elemento indispensable en cualquier investigación que se preciara de ser seria, y sin la cual, se imponía la visión subjetiva de quien investigaba, “manchando” de esa manera el proceso en su totalidad. ¡..Pero eso era lo que nos habían enseñado en la universidad… ¡y mas aún, era corroborado por connotados autores y textos de actualidad.
 Recuerdo igualmente las clases de metodología en la cual colocaba a mis estudiantes el típico ejemplo de un objeto (rosa roja) siendo estudiado por un sujeto (poeta, botánico y hombre común).Aunque ya para ese entonces, afirmara que, según fuese el observador (poeta, botánico o gente común), cada uno de ellos describiría ese objeto de manera diversa, se debía hacer énfasis en la descripción de las características física de la flor, sin importar la visión de cada uno de ellos tuviera, si quería que tal observación fuese catalogada como objetiva… ¡Salió a relucir, sin proponérmelo, la matriz epistémica heredada de mis estudios en la universidad, con esa visión cartesiana del mundo¡
Hoy día puedo decir con propiedad, que enseñamos las cosas según nos las enseñaron a nosotros, pero sin capacidad de discutir la pertinencia de esos conocimientos, los cuales, a su vez, también transmitimos a nuestros estudiantes, siguiendo esa misma lógica. Hoy, entiendo que esa “matriz epistémica” que cada uno de nosotros poseemos, no fue producto de nuestra confrontación con la realidad circundante o de nuestras propias experiencias, sino que nos fue “incrustada” en nuestro tiempo de estudiantes o por la visión del mundo que en ese momento se tenía.
 El elemento importante a discutir, es entonces, el que y para que, eran esos conocimientos adquiridos y a que dinámica respondían en su momento. ¿Eran para el desarrollo de una conciencia sobre el papel de cada uno de nosotros en la sociedad, en el sentido que podríamos ayudar a mejorar las condiciones de vida en ella?, ¿o acaso era para seguir el ritmo y la visión que sobre el desarrollo técnico, social y económico se tenía para ese entonces, con toda su carga de individualismo, egoísmo? Creo que prevaleció la segunda alternativa.
Esa visión, basada en el paradigma empírico-analítico, que divide al mundo en partes para poder estudiarlo, ha generado innumerables problemas a la hora de entender al mundo en toda su totalidad y diversidad. Esa visión fragmentada de las cosas ha creado una barrera casi infranqueable a la hora de entender la complejidad del mundo actual. Como lo afirma Morán (2002), al referirse a como debería ser el abordaje de las cosas “Se trata siempre de buscar las relaciones e Inter.-retro-acciones entre todo fenómeno y su contexto, las relaciones reciprocas entre el todo y las partes: como una modificación local repercute sobre el todo y como una modificación del todo repercute sobre las partes…” (Pág. 27)
 Esta forma de entender la realidad, debe de alguna manera crear disciplinas o visiones totalizadoras del mundo, que lo interpreten y ayuden, además, a democratizar el conocimiento, otra de las victimas de la visión mecanicista. Se sabe que el conocimiento hoy esta enclaustrado en esa visión mecanicista, por lo que debe reformarse la enseñanza en los centros educativos en todos los niveles, con el propósito que ello sirva para reformar también el pensamiento.
 Esa enseñanza debe favorecer la aptitud natural del pensamiento para plantear, resolver los problemas y, como consecuencia, estimular el pleno empleo de la inteligencia general. Se debería finalmente, dar prioridad a la visión planetaria del mundo, entender que la tierra es como un ser vivo( LA GAIA), que reacciona a cada agresión que le hacemos, que no hay causa local que no afecte a la totalidad, que es nuestra única casa, donde todos convivimos.

 BIBLIOGRAFÍA

1.- Morín, Edgar (2002). “La cabeza bien puesta. Repensar la reforma, Reformar el pensamiento”.1ª edic. reimp- Buenos Aires: Nueva Visión.96 Pág.

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